Federica Montseny

Federica Montseny en uno de sus discursos

la ministra española que reguló el aborto en 1937

 

Ella es historia política, historia social e historia de la mujer para España. Hasta el 7 de noviembre de 1936 ninguna mujer había ocupado un cargo ministerial en España. Ella fue la primera en hacerlo y con su cargo vinieron reformas y medidas totalmente revolucionarias para la época, como la despenalización del aborto.

Si hoy, en pleno 2025, escuchamos propuestas como la de la Comunidad de Madrid —que quiere obligar a informar a las mujeres sobre el llamado “síndrome postaborto”, una condición desacreditada por la comunidad científica pero usada como arma ideológica—, comprendemos aún más la urgencia de recordar a mujeres como Federica Montseny.

En 1937, en plena Guerra Civil y en un país donde la sociedad marcaba las reglas del cuerpo femenino, ella fue la primera en poner sobre la mesa una ley para despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo. No era solo una ministra: era una visionaria. Una mujer adelantada a su tiempo que defendió la libertad reproductiva en uno de los momentos más convulsos de la historia de España. Su memoria, sin embargo, fue silenciada durante décadas, sepultada por la dictadura y por una historia oficial que, como siempre, prefirió recordar a los hombres.

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“La mujer está obligada a tomar la libertad si no se la dan”

Federica Montseny

 

De ideología anarquista, Federica Montseny llegó a la cartera de Sanidad en plena Guerra Civil española. Tuvo muchas dudas sobre si aceptar o no este cargo, ya que siempre se había declarado antigubernamentalista. Finalmente decidió hacerlo, ya que la situación lo justificaba. «La mujer está obligada a tomar la libertad si no se la dan”, dijo.

Rápidamente, puso sobre la mesa iniciativas revolucionarias, como reformas imprescindibles de salud pública y medidas absolutamente pioneras para la época: prevención de la enfermedad, sexualidad, control de la natalidad, hogares infantiles, comedores para embarazadas… y, especialmente, el primer proyecto de ley del aborto en España.

 
Federica Montseny en un acto político
 

Federica Montseny o la creadora de una ley del aborto pionera en el mundo

La ilegalidad del aborto en la España de los años 30 sumía a las mujeres en prácticas clandestinas con consecuencias fatales. Durante muchos años, estas interrupciones del embarazo fueron una de las principales causas de muerte entre las mujeres españolas.

“Había que evitar la hecatombe de mujeres que eran víctimas de maniobras abortivas que las mutilaban para siempre y que, en muchas ocasiones, les costaban la vida”, aseguraba Federica Montseny en sus memorias Mis primeros cuarenta años.

Por desgracia, la iniciativa de Federica Montseny quedó en suspenso debido a la oposición de la mayoría de miembros del Ejecutivo. Sin embargo, Catalunya había publicado a principios de 1937 la ley del aborto más progresista de Europa, permitiendo su acceso libre hasta las 12 semanas. Federica Montseny no se rindió y buscó la forma de aplicar el decreto catalán en las zonas republicanas en plena Guerra Civil.

Hasta ese momento, tan solo cuatro países en el mundo contemplaban en su legislación el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo: Suiza, la antigua Checoslovaquia, la Unión Soviética y el Japón imperial. España, y más concretamente Cataluña, se posicionaba así como uno de los pioneros mundiales en derechos sanitarios y de la mujer

 
Federica Montseny en uno de sus discursos
 

Federica Montseny por los derechos de las mujeres

Asimismo, Montseny también quiso acabar con la prostitución y creó los denominados liberatorios sexuales de prostitución.

Eran casas de acogida donde podían vivir las mujeres que querían apartarse de la prostitución. Allí recibían instrucción y tratamiento médico, recuperaban la autoestima y eran preparadas para incorporarse a la esfera laboral. «Todas las mujeres que pasaron por aquellos centros aprendieron un oficio y ninguna volvió a ser prostituida”, afirmó Federica Montseny. En el siguiente vídeo, puedes ver una interesante entrevista a Montseny en 1981. Puedes verlo al completo aquí:

 
 

Apenas tuvo un año para trabajar, pero su labor, aunque muchas de sus propuestas no llegaron a ser aplicadas, supuso un auténtica modernización del sistema sanitario español: el combate contra las infecciones y epidemias, un calendario de vacunaciones, el control de los productos farmacéuticos, nuevos protocolos de higiene, el primer programa de ayudas a desfavorecidos, los hogares para la infancia, los comedores para embarazadas y, por supuesto, la despenalización del aborto.

 

El fin de una era de avances sociales

Pero todos conocemos el triste final de esta bonita historia. La Guerra Civil española, y la posterior victoria franquista, conllevó la eliminación de todos los avances sociales que se habían adoptado durante la Segunda República, incluidas las revolucionarias medidas por las que había apostado Montseny.

Como les pasó a miles de españoles tras el final de la Guerra Civil, en abril de 1939 Federica Montseny tuvo que exiliarse junto con su familia. Se marchó a Francia, concretamente a Toulouse. Ella misma contó en varias ocasiones que la acogida en el país vecino no fue en absoluto la esperada. Tras luchar toda su vida contra el fascismo, aquel recibimiento estaba lejos de ser el que hubiese imaginado.

 
Federica Montseny en uno de sus discursos
 

En Francia continuó con su labor social y política y se integró en el Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles, participando activamente en el embarque de menores refugiados hacia América Latina. «De esa experiencia tengo un fuerte remordimiento porque separamos a las familias y condenamos a muchos niños a la orfandad», solía recordar Montseny. 

Por este motivo, siguió siendo perseguida en el país galo, tanto por la policía nazi como por la franquista. En 1941 Federica Montseny es encarcelada en la prisión de Limoges y Franco exigió su extradición junto con la de Largo Caballero, que se encontraba en la misma prisión. Las autoridades francesas no concedieron ninguna de las dos órdenes. La exministra continuó en la cárcel hasta 1945, cuando los aliados liberaron Francia.

Regreso a España tras un largo exilio

Dos años después de la muerte de Franco, Montseny volvió a España para continuar con su militancia e ideales anarquistas. En sus últimos años reivindicó al Estado la devolución del patrimonio sindical incautado a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) tras finalizar la Guerra Civil, se opuso firmemente a los Pactos de la Moncloa y al recién instaurado sistema político constitucional español.

No cabe duda de que Federica Montseny es una mujer que dejó su huella en la historia. Militó en la CNT desde los 17 años y destacó desde bien joven por ser una extraordinaria oradora. La llamaban la ‘Mujer que habla’, porque en aquel momento pocos estaban acostumbrados a que una mujer tomase la palabra y se enfrentase a cientos de miles de personas para dar discursos, mucho menos con tanta vehemencia. Escribió más de 50 libros y otras 30 publicaciones sobre anarquismo, lucha obrera, resistencia y la utopía de un vivir diferente, digno para todas y todos. 

 
Federica Montseny en uno de sus discursos

Pocos estaban acostumbrados a que una mujer tomase la palabra, mucho menos con la vehemencia que lo hacía Federica Montseny

 

Federica Montseny representaba todos los valores de libertad y justicia social que el franquismo se esmeró en perseguir y combatir. Por eso hoy su legado es doblemente silenciado: como mujer, por una memoria histórica androcentrista e injusta, incapaz de reconocer sus méritos; y como ferviente defensora de las políticas sociales y progresistas, por cuatro décadas de dictadura franquista que se afanó en borrar de la memoria colectiva los importantes logros conquistados por la Segunda República. 

No olvides que está en nuestra mano cambiar este paradigma y comenzar a dar luz a tantas y tantas mujeres cuyos legados han sido silenciados a lo largo de los años. Comparte esta historia si te ha gustado y sobre todo únete y difunde el movimiento #MujeresEnLaSombra. Nos vemos pronto a la luz de otra gran mujer.

 
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